La diversión y la tradición de pedir dulces son parte de la celebración de Halloween, pero también es una época en la que debemos prestar especial atención a la salud de los niños. El consumo excesivo de dulces puede ocasionar intoxicaciones que, aunque se pueden prevenir, son cada vez más frecuentes durante esta temporada.
Los principales riesgos se presentan cuando los niños comen más dulces de lo recomendado, lo que puede generar malestar estomacal, vómito o dolor abdominal. También existen peligros en aquellos productos vencidos, adulterados, sin empaque o de dudosa procedencia, así como en los dulces que se reciben sin supervisión adulta.
Para prevenir una posible intoxicación, es fundamental revisar siempre los empaques y las fechas de vencimiento, evitar que consuman productos abiertos y moderar la cantidad de dulces que comen. Una buena alternativa es complementar la celebración con opciones saludables como frutas o snacks caseros preparados en buenas condiciones. Además, es importante enseñarles a los niños que deben pedir permiso antes de comer cualquier dulce, lo que les brinda seguridad y confianza.
Si durante esta época se presentan síntomas como dolor abdominal intenso, vómito o somnolencia después de consumir dulces, lo más recomendable es acudir de inmediato a un servicio de urgencias y evitar la automedicación. De esta manera, Halloween puede seguir siendo un momento de alegría para disfrutar en familia, sin poner en riesgo la salud de los niños.