Seguimos reafirmando nuestro compromiso con el bienestar de las comunidades vulnerables. Gracias al compromiso y la entrega de nuestros Voluntarios de Corazón, recientemente tuvimos la oportunidad de vivir dos experiencias transformadoras que nos recordaron el verdadero significado de servir.
En Manaure, La Guajira, voluntarios llegaron hasta la escuela rural Yawakat, donde compartieron una jornada llena de alegría con 79 niños. Con juegos, actividades lúdicas y dulces, crearon un espacio para las risas y juegos.
La segunda jornada se realizó en el barrio Conidec de Barranquilla, donde acompañaron a 17 adultos mayores en situación de vulnerabilidad, muchos de ellos en condición de discapacidad. Celebraron el Día del Padre compartiendo una tarde llena de humanidad: conversaron sobre sus experiencias, rieron y jugaron al bingo con premios que permitió romper la monotonía de este sector de la ciudad.
Nada de esto hubiera sido posible sin nuestros voluntarios quienes dedicaron su tiempo, energía y amor para hacer realidad estas jornadas. Su vocación de servicio nos inspira y nos recuerda que cuando el corazón guía nuestras acciones, podemos transformar realidades y construir comunidad.
Gracias, Voluntarios de Corazón, por ser puente entre la empatía y humanidad. Ustedes son parte esencial de nuestro propósito de seguir acompañando a las personas en el camino hacia su bienestar.
